Historias íntimas

Vivimos una época donde todo lo publicamos: lo que comemos, donde estamos, las cosas que nos compramos, los grupos con quienes nos divertimos, el viaje que hacemos y muchas cosas felices que nos pasan, todo está muy bien pero a mi me dio por pintar aquello que no compartimos esos momentos que la vida presenta y los vivimos a solas, La pena, la pérdida, la enfermedad y otros que igual son íntimos aunque no tristes como los sueños. Hay un proceso interior que aunque tengamos compañía es nuestra intimidad la que relata la historia.

Eso es lo bueno de la pintura entre otras muchas cosas, poder captar y hacer bello algo que todos rechazan, donde no se harían una selfie, es como retomar la función antigua de la pintura, la que era retratar momentos cuando no existía la fotografía, ahora existe de sobra pero estas historias donde aparece nuestra cruda humanidad no califican para ser compartidas