El retrato como sanación del duelo

En medio de la pena y el dolor que provoca una gran pérdida descubrí que a través de cada pincelada que daba en el retrato establecía una comunicación sanadora con mi gran amigo que la pandemia me arrebató

El 16 de junio de este año 2020 perdí a mi gran amigo de la vida, Germán Droghetti, ha sido un duelo muy duro y un sentimiento permanente de pérdida combinado con rabia y desesperanza.

Como un homenaje para el día que sería su cumpleaños número 63 me decidí a realizar este retrato y me sorprendió lo sanador que fue el proceso.

Estuve dos semanas dedicándome a hacerlo aparecer en el lienzo, buscando su mirada amable y su postura de hombre tranquilo, en cada sesión establecí una comunicación con el y con lo que yo iba sintiendo, eso me ha ayudado a dejarlo partir y a limpiar los sentimientos.

Verlo aparecer poco a poco cobrando una vida que la pintura le fue otorgando me mostró que a través de ella y los tiempos que pide para ser realizada puedo entrar en un espacio íntimo que me da la posibilidad de reflexionar desde otro lugar.

Cuando terminé el cuadro, mi dolor era más tenue y fue siendo reemplazado por los recuerdos de los mejores momentos compartidos y el sentimiento de pérdida desapareció, dando paso a una permanente compañía que nunca más dependerá del tiempo o la distancia.

Creo que la práctica del retrato puede ayudar a muchas personas que han tenido que despedir a una persona tan importante en sus vidas.